El uso de reproductores de música mp3 y mp4 con un volumen superior a los 80 decibelios está provocando un aumento de los problemas de audición en los jóvenes de 10 a 35 años, según se puso de manifiesto en una reunión de expertos en Barcelona España.
Los asistentes a un curso internacional de Audiología que reúne a medio centenar de especialistas destacaron que el número de jóvenes con traumas sonoros en el oído ha crecido debido al excesivo volumen de los reproductores de música y, ante esta situación, hicieron un llamamiento a la industria para pedir "limitadores de sonido".
El profesor asociado médico de la Universidad de Barcelona Joan Domènech Oliva explicó que los acúfenos, que son ruidos continuos del oído que hoy en día aún no tienen curación, es la principal consecuencia del volumen excesivo, un problema que afecta ya al 4% de la población y, especialmente, a personas de entre 10 y 35 años.
Se calcula que en España hay un millón y medio de personas que sufren acúfenos y, de ellos, el 80 por ciento son jóvenes.
Domènech señaló que gracias a la legislación sobre prevención de riesgos laborales y la existencia de medios para prevenir el exceso de ruidos en el mundo laboral ha descendido el número de casos de acúfenos entre los trabajadores.
Sin embargo, la prevalencia de esta patología no ha descendido por el gran aumento de casos que hay entre los jóvenes como consecuencia del uso de reproductores de música digitales.
El 4% de la población española y de otros países industrializados padece ruidos constantes graves en su oído y un uno por ciento de la población tiene una situación de gravedad extrema que influye en su vida diaria, afectando gravemente a su estado emocional y psicológico.
Ante esta situación, los expertos recomiendan a los jóvenes que si al salir de las discotecas o conciertos tienen pitidos en los oídos y éstos persisten durante horas, acudan a un especialista para poder iniciar un tratamiento preventivo con el fin de evitar el surgimiento de acúfenos, que pueden llegar a ser crónicos.
En este sentido, el doctor Joan Domènech remarcó que sería un gran paso que los reproductores de música y vídeo tuvieran incorporado un indicador de volumen o un limitador de éste, ya que por encima de 80 decibelios (dB) el oído corre peligro y en algunos conciertos se han superado los 125 dB, concluye.
Además del trauma sonoro, los acúfenos también pueden deberse a infecciones graves o otosclerosis, o como efecto secundario de algunos medicamentos.
En el encuentro se subrayó la importancia de detectar precozmente a los niños sordos profundos, ya que si se tratan adecuadamente antes de los tres años pueden llegar a tener un nivel de comprensión y de habla equivalente al de un niño de cinco años.
Los asistentes a un curso internacional de Audiología que reúne a medio centenar de especialistas destacaron que el número de jóvenes con traumas sonoros en el oído ha crecido debido al excesivo volumen de los reproductores de música y, ante esta situación, hicieron un llamamiento a la industria para pedir "limitadores de sonido".
El profesor asociado médico de la Universidad de Barcelona Joan Domènech Oliva explicó que los acúfenos, que son ruidos continuos del oído que hoy en día aún no tienen curación, es la principal consecuencia del volumen excesivo, un problema que afecta ya al 4% de la población y, especialmente, a personas de entre 10 y 35 años.
Se calcula que en España hay un millón y medio de personas que sufren acúfenos y, de ellos, el 80 por ciento son jóvenes.
Domènech señaló que gracias a la legislación sobre prevención de riesgos laborales y la existencia de medios para prevenir el exceso de ruidos en el mundo laboral ha descendido el número de casos de acúfenos entre los trabajadores.
Sin embargo, la prevalencia de esta patología no ha descendido por el gran aumento de casos que hay entre los jóvenes como consecuencia del uso de reproductores de música digitales.
El 4% de la población española y de otros países industrializados padece ruidos constantes graves en su oído y un uno por ciento de la población tiene una situación de gravedad extrema que influye en su vida diaria, afectando gravemente a su estado emocional y psicológico.
Ante esta situación, los expertos recomiendan a los jóvenes que si al salir de las discotecas o conciertos tienen pitidos en los oídos y éstos persisten durante horas, acudan a un especialista para poder iniciar un tratamiento preventivo con el fin de evitar el surgimiento de acúfenos, que pueden llegar a ser crónicos.
En este sentido, el doctor Joan Domènech remarcó que sería un gran paso que los reproductores de música y vídeo tuvieran incorporado un indicador de volumen o un limitador de éste, ya que por encima de 80 decibelios (dB) el oído corre peligro y en algunos conciertos se han superado los 125 dB, concluye.
Además del trauma sonoro, los acúfenos también pueden deberse a infecciones graves o otosclerosis, o como efecto secundario de algunos medicamentos.
En el encuentro se subrayó la importancia de detectar precozmente a los niños sordos profundos, ya que si se tratan adecuadamente antes de los tres años pueden llegar a tener un nivel de comprensión y de habla equivalente al de un niño de cinco años.
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