Desde que el Dr. Charles Perou realizó un importante estudio en el año 2000, que abordó el genoma de los tumores de mama para ver cuáles genes habían sido responsables de su buena o mala evolución, los oncólogos han podido ir mejorando la selección del tratamiento coadyuvante para el cáncer de mama, explica el Dr. Gerardo Hernández Muñoz, Cirujano Oncólogo Mastólogo de la Unidad de Mastología de la Clínica “Leopoldo Aguerrevere” de Caracas.
Debido al importante alcance de este estudio, los científicos se motivaron a desarrollar otras investigaciones como las emprendidas por el Instituto Nacional del Cáncer en Holanda, donde se estudiaron aproximadamente 30 mil genes del genoma humano, cifra que fue reducida a 5 mil. De allí, se seleccionaron los 70 genes más significativos para el cáncer de mama, cantidad que permitió desarrollar un chip de lectura genética, conocido como Mammaprint y comercializado en Venezuela por la casa Ferrer-Leti, que logra identificar el pronóstico evolutivo del tumor mamario antes de iniciar el tratamiento coadyuvante específico y así poder confeccionar un camino terapéutico personalizado para cada paciente.
“Sin lugar a dudas, acceder a la información genética del tumor permite conocer el comportamiento real del cáncer, dándonos seguridad a la hora de identificar si será necesario el uso o no de quimioterapia (que puede deteriorar físicamente a las pacientes). De esta forma, a nivel mundial, ahora el 30% de las mujeres con cáncer de mama puede tratar su enfermedad con terapia hormonal”, aclara Hernández.
Venezolanos premiados
El aporte de esta tecnología ha sido tan valiosa en varios países que la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria (SESPM) otorgó su premio homónimo al póster de Mammaprint, estudio que arroja como conclusión que la prueba genética Mammaprint, es una herramienta más, de altísima utilidad, para complementar la decisión del tratamiento coadyuvante en las pacientes con cáncer de mama.
El trabajo fue reconocido como el mejor póster presentado en el XXIX Congreso de la SESPM, celebrado en Valencia, España. Sus autores fueron los doctores venezolanos Gerardo Hernández, Ricardo Paredes, Elena Marín, Claudia González y Juan Hernández, también especialistas de la Unidad de Mastología de la Clínica “Leopoldo Aguerrevere” de Caracas.
Este reconocimiento ha sido tan importante para el gremio de oncólogos de Venezuela que el póster fue expuesto en el XIV Congreso Venezolano de Oncología, que acaba de celebrarse en Valencia, Carabobo.
Nueva tecnología
Es interesante señalar que Mammaprint, comercializado en Venezuela por Laboratorios Ferrer-Leti, fracciona el genoma del carcinoma mamario en pequeñas piezas, a fin de indicar si los genes están funcionando con alta actividad (color rojo) o con baja intensidad (color verde).
Mammaprint exige que el estudio se realice en producto fresco, es decir, al momento de operar a las pacientes. Para ello, se debe seleccionar un tejido del tumor, luego introducirlo en un líquido de conservación que proporciona el test, que permite a temperatura ambiente conservar hasta por 10 días el ARN sin degradarse y congelándolo a menos 20 grados se puede mantener por tiempo indefinido. El material es enviado a Holanda y luego de 7-15 días hábiles, se reciben los resultados vía email, en los cuales sólo aparecen dos opciones: Bajo Riesgo (buen pronóstico) o Alto Riesgo (mal pronóstico). Esto facilita la decisión del especialista en recomendar el uso de hormonoterapia o quimioterapia, lo cual ayuda a mejorar significativamente el tratamiento de la paciente y su calidad de vida.
En cambio, el sistema americano sólo usa un chip compuesto por 15 genes, más otro seis de control interno, que de acuerdo con la literatura se relacionan con el cáncer de mama.
Para finalizar, la Dr. Hernandez comenta que unos de los grandes avances del siglo XX fue conocer cómo conservar el seno de la paciente con cáncer de mama, a fin de no generarle más traumas. Hoy, el aporte del siglo XXI, es mejorar el tratamiento de este carcinoma, con el objetivo de incrementar su calidad de vida y su nivel de sobrevivencia.
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