El yoga de la risa se ha convertido en una alternativa para fortalecer el sistema inmunológico de pacientes de Alzheimer o cáncer y evitar problemas tan comunes como el estrés. Este tipo de terapias no es necesario que haya humor o comentarios cómicos de por medio, según explicó la terapeuta venezolana Erika Ruiz.
“Todos podemos reírnos sin ningún motivo, simplemente como un ejercicio”, añadió Ruiz en el centro de cuidado de personas mayores Santovenia En Kendall (Florida). Basta con provocar una carcajada, que en grupo es contagiosa, para así lograr integrar a pacientes de Alzheimer con personas saludables.
Los beneficios son múltiples: desde controlar la presión arterial y aliviar la depresión, hasta tonificar los músculos faciales, fortalecer el sistema inmunológico, favorecer la digestión o promover una mejor calidad del sueño. Sin olvidar uno de sus defectos más importantes: favorecer la secreción de endocrinas que actúan como analgésico natural. “La simple risa o fingida, genera endorfinas”, puntualizó Ruiz, quien es la única terapeuta certificada en español en el estado de la Florida, Estados Unidos.
Durante la sesión, Ruiz comenzó con un ejercicio de palmadas como relajación ya que “es como una acupuntura sin dolor porque las manos tienen punto de conexión”. El yoga de la risa, nació como terapia oficial alternativa en 1995, fue creada por el indio Mndan Kataria y combinada la respiración pranica (respiración de yoga) con ejercicios para reír.
A ello se le agrega los
resultados de un estudio sobre ejercicios para pacientes con problemas cardiacos donde el grupo que recibió risoterapia pudo reducir la dosis de medicamentos y las enseñanzas de Hunter Patch Adams, un médico conocido mundialmente en 1998 por la película que protagonizo Robin Williams.
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